jueves, 15 de agosto de 2019

Bubu

Muchos meses sin pasar por aquí...

Quería contaros que el mes pasado, sintiéndonos más cerca de nuestro segundo hijo y viendo que era ya una realidad lejos de tantos miedos, hablamos con Lucas. Aunque él sabía que había alguna posibilidad, nunca le habíamos querido confirmar que algún día llegaría por si no era así.

Se puso como loco y comenzó a preguntarnos muchas cosas. Fue genial poder responderlas porque a su vez le estábamos respondiendo también a él.  El poderle mostrar la espera llena de amor e ilusión le hizo reconstruir cómo fue la suya.

Desde entonces, lo mete siempre en nuestras conversaciones, cuenta con él para los planes a corto plazo e imagina cómo será cuando llegue. Me encanta porque está viviendo esta adopción en primera persona. Ha decidido llamarle Bubu para no tenernos que referir a él como hermanito o hermanita cada vez que hablamos de él/ella.

Hoy, cuando se iba a la siesta, nos dice:

- Que descanséis los dos y, aunque aún no esté aquí, que descanse también el hermanito.

Se me ha llenado el corazón.

martes, 1 de enero de 2019

Baltasar

Era la mañana del 24 de diciembre.

Lucas amanecía deseando enseñarme tooodos los trabajos que había hecho en el cole. Empezó por los de escritura, proyectos, matemáticas... detalle a detalle disfrutando al contarlo como si de esa forma reviviera los momentos en clase con sus compañeros. Daba gusto oirle.

Lo último que me enseñó fue un folio con el dibujo de un Rey Mago.

- Mamá, aquí había que dibujar lo que te pides a los Reyes Magos.

El espacio era blanco y el había dibujado cuatro cuadrados, dentro de cada uno de ellos había pintado un regalo. Empezó a contarme bajo mi asombro conmovido.

- Este primero eres tú. He pedido una mamá y eres tú. Imagina... como cuando no tenía y viniste tú.

(No sabía cómo tragar las lágrimas del corazón.)

- Esto es un corazón -no había duda, lo había dibujado perfectamente- me he pedido un corazón. - Dijo sonriendo.

Imagino que quería decir que había pedido amor... me quedé con la duda. No quise interrumpirle para no trascocar “su discurso”.

- Y estos dos son una pelota y una mascota.

Como era de esperar, pues el fútbol es su pasión y su locura (locura de ambos porque me trae de cabeza). Y lo de la mascota... siempre ha querido un perro, por suerte, matizó para mi sorpresa.

- Una mascota... ¡tortuga!

Debió pensar que como lo del perro no estaba dando fruto, lo intentaría con algo más pequeño.

Y así... empezó la Nochebuena en casa.