¡¡¡Melkam Addis Amet!!! ¡¡¡Feliz Año Nuevo!!! Comienza el año 2004 del calendario etíope con la fiesta del Enkutatash.
Etiopía conserva todavía el calendario Juliano según el cual el año consta de doce meses de treinta días y un mes de cinco o seis días si el año es bisiesto.
Además, el calendario etíope lleva ocho años de retraso respecto al Gregoriano de enero a Septiembre y siete años entre septiembre y enero.
El Año Nuevo en Etiopía es el once o el doce de septiembre según el año sea o no bisiesto, por lo que hoy (año no bisisesto), en Etiopía se celebrará la llegada del año 2004 con el inicio del mes de Meskerem.
Meskerem se considera un mes de transición del año viejo al nuevo, un tiempo para expresar las esperanzas y sueños para el futuro. El día de Año Nuevo (Addis Amet) es celebrado con los etíopes con cantos, bailes, intercambio de regalos, reparto de alimentos y comidas tradicionales y por supuesto con mucha alegría.
Por otro lado, el nuevo año llega a Etiopía justo después de la temporada de lluvias cuando la belleza de la naturaleza puede admirarse en su mayor esplendor, las tierras altas se cubren de margaritas Meskal de intenso color amarillo y se inicia la época de cosechas, momento asociado siempre a fiestas y celebraciones. Tradicionalmente se cree que es la fecha que señala el fin del diluvio de Noe.
El día de Año Nuevo se denomina Enkutatash que significa “regalo de joyas”. El origen de esta festividad está relacionado con el regreso de la Reina de Saba a Etiopía tras su visita al Rey Salomón en Jerusalén, puesto que según cuenta la tradición fue recibida con abundantes joyas.
La celebración se inicia en la víspera de Año Nuevo, cuando los hombres encienden antorchas de hojas secas (chibó) delante de las casas para ahuyentar la mala suerte y atraer un buen año. Al mismo tiempo, las niñas recogen margaritas amarillas para sus madres.
Al día siguiente, muy temprano, se acude a la iglesia con ropa tradicional etíope. Después de la iglesia la familia se reúne para comer injera y wat (estofado). Las niñas van de casa en casa cantando canciones de Año Nuevo y los niños venden imágenes que ellos mismos han dibujado.
Por la noche las familias visitan a sus amigos y comparte Tella, la cerveza tradicional etíope. En Etiopía, la celebración religiosa más importante tiene lugar en la iglesia Kostete Yohannes en la región de Gondar.
Durante tres días seguidos se puede disfrutar de los sonidos de salmos, oraciones y cantos así como contemplar coloridos los desfiles de bienvenida al Año Nuevo. También hay una gran celebración en la iglesia Bagual, en el monte Entoto cerca de Addis Abeba.
Pero no hace falta irse hasta Etiopía para poder disfrutar de esta magnífica celebración.
Hoy, domingo, Galicia se suma a esta esta fiesta. Hasta ahora, pasaba desapercibida, pero al darse la circunstancia de que existe en Vigo uno de los pocos restaurantes etíopes de España y que además se considera punto de encuentro donde poder de disfrutar de la jornada con su comida, bebida y música tradicional, más de 120 personas llegadas de todos los puntos de la comunidad se darán cita en ese restaurante etíope de Vigo, Habesha, para celebrarlo por todo lo alto.
El tunecino Maher Afaya y su mujer, Fátima, etíope de nacimiento, que son los responsables del local ubicado en Urzaiz 63, afrontan un fin de semana de vértigo y están muy emocionados.
La pareja llegó desde Madrid con la intención de labrarse un futuro y empezar un negocio, que no es tarea fácil en tiempos de crisis. En su local, decorado con motivos etíopes, han preparado un fin de semana especial en el que en vez del menú la carta, han preparado un buffet libre que cuesta 14 euros para adultos y 12 euros para niños.
El aforo está completo para las tres «tandas» previstas: ayer comida y cena, y hoy, comida. Más de 130 comensales disfrutan de las viandas. La comida, adaptada al paladar occidental menos acostumbrando al picante, se basa en combinaciones de carne y verduras, con la injera -la base de toda comida etíope- como protagonista. Esta masa parecida a una crepe se elabora con la fermentación del cereal teff, y sobre ella se distribuyen los ingredientes.
Etiopía es un país sorprendente. Lo es por muchas razones. No sólo porque es la única nación africana que nunca fue colonizada (excepto cinco años de ocupación italiana) o porque posee el único idioma en África con su propio alfabeto (el amárico). Hay muchas otras cosas que son singulares allí.
Fuentes de información: Asociación Abay y La voz de Galicia.