Lo primero, perdón por haber dejado tantos días el blog.
La verdad es que están siendo muchas semanas de mucho curro, pero de un "curro" feliz, así que no es una queja, es el motivo, entre otros, de no haber tenido tiempo para escribir.
Trabajo mucho, pero lo hago encantada, adoro mi trabajo, a mis compañeros que son LO MEJOR de lo mejor y hacen que cada día merezca la pena dar el 200%. Asi que ya que no tengo a mi peque aquí aún, estoy disfrutando de otras cosas. Y una de ellas es lo que hago a diario.
Pero también el tener tiempo para mis amigos, para no tener prisa con ellos, ni tiempos, ni excusas. Poder disfrutar haciendo mil cosas que aunque no son "grandes" cosas en sí, son grandes cosas para mí.
Tiempo para cosas que me gustan como salir a caminar, hacer deporte, tomar algo algo al sol y sin sol, despertarme y acostarme sin hora. Seguir formándome, poder ir a charlas, cursos... Tiempo para mí, para mi familia...
Y tiempo para Pablo, para escucharnos, para compartir, para disfrutar de nosotros.
Todo esto me está haciendo ser quien soy. Y tengo que saber aprovecharlo, este es el momento en el que estoy, es el "hoy" y quiero saborearlo con los cinco sentidos.
El mañana ya llegará, seguro, y lo disfrutaré igual o más, pero mientras llega, no quiero, no voy a permitir perderme el "hoy".
Cada día es un regalo y quiero que mi espera sea "activa". Creo que será el sustento de todo lo que vendrá después.
No voy a desaprovechar un minuto esta suerte que tengo cada día, por todo lo que "tengo", por todo lo que "soy" (que es sólo el reflejo de los que sois parte de mí). No quiero ser desagradecida por todo lo que la vida me ha dado sin pedir nada a cambio.
Y la mejor manera de agradecerlo es como diría Mafalda... "Comienza el día con una sonrisa, verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo".