viernes, 25 de febrero de 2011

Debe ser que me encanta correr... (Parte I)

Ayer precía ser un día tranquilo. Afortunadamente (y milagrosamente), tenía algo menos de trabajo en el cole. Me había pedido un par de horas por la mañana para poder ir al notario a firmar con Pablo y unos amigos varios de los documentos que nos pide la ECAI.

La noche anterior... se fastidió la tranquilidad del plan.

Empecemos desde el pincipio:

Miércoles por la tarde

Había quedado con mi hermana Helena para ir a comprar el regalo de nuestra mami (mañana es su cumple) a Majadahonda (ambas vivimos y trabajamos al lado). Como se nos dio muy bien la compra aprovechamos para ir al gimnasio, que está al lado, a nuestra clase de Balance, a la que hacía siglos que no acudíamos.

Una tarde redonda, lejos de esas tardes habituales de curro que se nos sale por las orejas. Después de Balance nos iríamos a casa, pues eran alrededor de las 9 de la noche y ya tocaba regresar.

Cuál fue nuestra sorpresa al ir a por nuestros coches (que estaba aparcados en el parking del gimnasio)... ¡¡¡me habían roto una luna del coche!!! Y no fui la única porque a los dos segundo aparecieron los de "seguridad" del parking y acto seguido un chico al que le habían hecho lo mismo.

Por suerte era la luna pequeña del lado del copiloto. Para mi sorpresa (y la de mi hermana, creo) no me puse histérica, debe ser que "soy mayor".

Pero la vuelta a casa me la pasé pensando... Qué mala suerte y mañana tengo que bajar a Madrid al notario, ¿cómo voy a dejarlo en pleno centro de Madrid con la luna rota? (mientras tanto cristalitos saltando de la ventana al interior de mi coche), justo mañana, porque otro día... no pasa nada... el coche va del garaje de casa al del cole... (reduzco a 60 km/hora en plena M-50 para disminuir el riesgo de cristalitos saltando), vaya tela, y ahora cualquier taller estará cerrado, no puedo llamar hasta mañana, pues a ver si me lo pueden coger...

De repente, me veo en plan: grrr, pegada al volante, grrr, con cara arrugada, grrr, mirando a la carretera sin "mirar"... y no puedo evitar reirme de mí misma...

Y la risa me lleva a pensar... a ver, si total ha sido la luna más pequeña, que podía haber sido la grande, si total ha sido en el lado del copiloto, que podía yo tener mi asiento plagadito de cristales, si ¡qué casualidad! que hasta final de este mes los partes me entran en este año, si total, tengo un carglass al lado de casa, que son bien rápidos, mira que si en vez del cristal me rompen los retrovisores, si total...

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